EL MARAVILLOSO ARTE DEL ROMANCE

En las relaciones románticas, tendemos generalmente a buscar aquello que nos falta, atrae, nos parece bonito o noble; más la vida nos trae siempre lo que nos es correspondiente.

Y al decir correspondiente, aclaro, me refiero a aquello que está planificado por nuestra alma, o aquello que está en la frecuencia de nuestros deseos o anhelos.

En un aspecto básico nos sentimos atraídos por el aspecto físico, aquellas características que por alguna razón y codificación interna nos generan reacciones fisico químicas bastante intensas.

Precisamente se le llama atracción física, y es la relación que mayor sufrimiento causa, porque el otro se convierte en el objeto de nuestra pasión y lo queremos sólo para nosotros, de ahí surgen los celos, a veces desmedidos, que son la mayor causa de conflictos y agresión en las parejas.

Esta atracción es primaria, surge en nuestro ego, está regida por los sentidos; cuando la atracción es mutua envuelve a la pareja en un círculo de deseo, erotismo y dependencia que puede ser dañino y hasta mortal cuando no se tiene consciencia, estima personal y propósito de vida.

Esa es la principal causa de los feminicidios; cuando en este tipo de relaciones, una de las partes se siente vulnerable y desea separarse, el agresor tiene un gatillo mental interno, que puede ser: » Si no eres para mi, no serás para nadie».

De ahí la importancia de abrir consciencia, no todo lo que brilla es oro como dice el refrán popular, hay amores que matan y son precisamente estos los que surgen de los deseos los que mayor dolor físico y emocional causan.

De ahí la importancia del Despertar Espiritual.

Cuando nos comprometemos en conocer los registros de nuestra memoria ancestral y colectiva; para sanar las pautas y condicionamientos que han causado sufrimiento en el pasado y despertamos y activamos unas nuevas que sean más asertivas y elevadas, podemos establecer relaciones armoniosas, saludables y duraderas.

Cuando despertamos conciencia, vamos atrayendo al que esté en sintonía con nuestra frecuencia.

Sería fabuloso tener un compañero de camino con el cual transitar a través del Sendero del Despertar Espiritual a través del Amor Romántico.

Más en la realidad, esto no suele darse comúnmente y más en estos tiempos de cambio y evolución.

Transitar por el deseo, el erotismo, la amistad, la lealtad, la confianza, el compromiso, el perdón y la reconciliación continua, es de personas evolucionadas.

El diálogo permanente, la visión conjunta de un propósito que sea afin y el elegirse una y otra vez para acompañarse en armonía por el camino de la vida es bastante difícil.

No es imposible, por supuesto, si el Amor es verdadero y surge desde el Alma.

Más es indispensable, un campo emocional despejado, una sanación de registros ancestrales y colectivos, una mente limpia de pensamientos distorsionados, alineada con los más elevados niveles de conciencia y un Alma despierta y comprometida con el Amor Romántico.

Y debe ser un propósito de ambas personas, un compromiso de las partes de dar lo máximo en cada tramo del camino.

Ya tenemos claro que solo una persona sosteniendo la bandera de la relación no es suficiente.

El camino del Amor romántico debe ser nutrido cada día por ambas partes con los detalles, el afecto, el respeto, el trabajo conjunto, la compañía, la solidaridad, el respaldo, la alegría y el humor.

Hay una frase con la que me identifico y creo que muchos que no tienen una pareja romántica también la tienen consciente o inconsciente:

«Sano mis heridas y despierto mi Alma y el amor verdadero que yace en mi ser auténtico, haz tu lo mismo y cuando estemos listos, nos encontramos para disfrutar de los manantiales de ese Amor Verdadero y duradero».

Que así sea para todas las Almas que anhelan desde los más sagrado y sublime de su Ser, manifestar, vivir y disfrutar el afortunado arte del Romance.

Bendiciones para todos.

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